También
soy
lo
que los otros no ven de mí,
lo
que no actúo.
A
veces lo que ni yo mismo sé de mí.
Soy
el que se queda conmigo
cuando
nadie me mira,
no
ese que quisieran que fuera.
Pero
yo soy
el
que queda al final del día
exhausto
de ser el que no soy.
El
desesperado, el angustiado,
el
solitario, el asustado,
el
condenado a ser el que no soy.
Pero
cada vez
que me quedo solo,
que me quedo solo,
en
silencio,
entonces vuelvo a mí
entonces vuelvo a mí
y
sé que sí,
que
soy yo,
el
otro que en mí tiene miedo
y
te ama.
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