Su mirada

Me mira 
y es como si la felicidad 
me llevara 
al borde de otros sueños,
me presintiera en la distancia,
me acariciara con pasión,
me derritiera los pensamientos,
me escuchara el deseo dulce,
me atara a sus ojos,
me acercara a su cuerpo,
me saludara desde su sonrisa.
Una mirada de ella
es como si el universo 
fuera mío, sólo mío.

Cuando quieres

Cuando quieres

me llevas contigo 
hasta el fin del mundo,

me haces tierno 
con tu pasión,

soy tuyo día y noche,

exiges hasta el último beso,

me desbaratas,

me vuelves a armar, 
me tomas,

me hundes en ti 
y me llevas al cielo,

me enseñas la eternidad 
del amor.

Pero luego te vas

y me sacas de un sólo adiós 
al frío de la realidad.

Me dejas tiritando 
al borde de la vida

en medio de la noche fría

cuando más sola está la oscuridad.

Enamorado

Cierro los ojos y te veo.

Cierro los ojos para estar contigo.

Me basta no ver para verte,

me basta tu ausencia para tenerte,

me basta el silencio para oírte.

Tu ausencia está en mí.

Sólo tú no estás cuando tú estás en mí.

Estoy solo y tú no estás

al abrir los ojos cada mañana.

Vuelvo desde tus brazos

imaginados a la realidad,

al pan de cada día,

al largo camino del solitario

que llevo dentro y que

sólo quiere cerrar los ojos para estar contigo.

Te hablo en silencio

Te hablo en silencio

sin decir palabra

desde lejos

y me oyes

conmovida

desde la distancia.

Te veo con los ojos cerrados

tan linda como entonces

y me ves

con nostalgia

desde tu recuerdo.

Te toco

sin moverme

como una mariposa

y tu piel

me presiente,

aletea.

Te quiero

como en los sueños

y éstos

me toman de la mano

para llevarme a ti.

Te recuerdo, amor,

te conozco y me estremezco

al pensar

que nunca me has visto,

pero que estás

esperándome

en lo más profundo de tu corazón.

Preciosa

Quiero aprender 

de memoria

cada palabra que dices,

el susurro de tu risa,

cada beso que tu boca

deja en mí.

Quiero recorrer

tu cuerpo

con mis besos,

Quiero sentir 
en mi piel el placer 
de tu desnudez.

Quiero dejar 
en tu cuerpo

la memoria enamorada

de mis manos.

Quiero 
que mi cuerpo

descubra la geografía

de tus deseos.

Quiero abrir los ojos 
en la mañana

y sentir tu amor 

revoloteando por mis sueños.

A orillas del Rin

Estoy acá 
a orillas del Rin

viendo cómo 
se descuelga manso

mi amor 
hacia todo 
lo que lleve tu nombre.

Los días en que la vida me amaba

En esta tarde silenciosa

en que mi vida se desliza 
hacia otra vida

extraño más que nunca

los días en que la vida me amaba,

en que tu juventud me sonreía,

en los que la noche era corta

y bastaba la oscuridad para verte.

Extraño nuestra risa 

recorriendo la casa 
donde vivían nuestros sueños,

las primeras caricias del sol 
al regresar de la noche

y tus manos anudándose a las mías.

Extraño ese mundo 
que era de los dos:

la calle, el ruido de la ciudad,

el anonimato 
cuando nos abrazábamos 
y soñábamos con otros días 
y otros mundos,

todos los imposibles 
que recorrimos juntos

y el tiempo perdido 
de tu ausencia.

Extraño ese que fui en tus brazos,

ese que ya no soy,
el amado tuyo, tu amor.

El fondo enamorado de las montañas

Me refugio en mi tristeza,

en el fondo enamorado de las montañas,

entre las arrugas de la tierra,

cerca del olor del pasto ,

entre los árboles y los matorrales,

en medio del cielo y la tierra,

al borde de todos los mundos,

y lloro a gritos sordos

por el dolor de estar vivo,

de tener que un día volver

a la tierra, a la nada eterna,

de morir enamorado.

Siempre queda algo

Siempre queda algo:

una sonrisa generosa,

un beso apasionado,

una foto de ella,

una imagen del ultimo día en que te quiso

pero sobre todo queda una tristeza

que no te deja,

que no te olvida,

y que, a veces, detrás de una esquina

te golpea en el pecho

y te quedas sin aliento,

sin una razón para seguir

negando las lágrimas que inundan

tu mirada.

La soledad

La soledad 
es ella que parte

pero se queda en la memoria 
de mis sueños.
Es ese pájaro triste

que dejó la bandada

y regresó solitario

al lugar de ese lejano verano 
en que nos amamos.
Ese pájaro

que cayó rendido de amor
en un lago congelado 
donde reinaba el frío y el gris invierno.

Ahora sólo me queda el dolor 
y el silencio

mientras veo cada noche

la imagen tuya

alejándose, desvaneciéndose

en la oscuridad del olvido.

La soledad 
no es otra cosa

que un amor 
al que le han quebrado las alas.

Un día entero

Para L.

Quisiera habitar contigo

un día entero

desde la primera mirada en la mañana

hasta el último beso de la noche.

Un día en que cada instante tuyo sea mío,

que caminemos cogidos de la mano,

que nos perdamos en la multitud,

que podamos decirnos la vida sin interrupciones,

que callemos para oír el amor

que nos envuelve,

que podamos descubrir al otro

en la piel que nos cobija,

que el beso recorra cada deseo

que nunca hemos vivido,

que la luz ilumine tu sonrisa

y me acaricie,

que el baile eterno del amor

nos deje agotados al borde de nuestros cuerpos,

que volemos imposibles,

que descansemos de los demás

en nuestros brazos.

Quiero habitar un día entero contigo

y no volver nunca.

Un amor que acaba

Un día te volteas a mirarla

y te das cuenta de que hace años

te has ido, aunque sigas a su lado.

Tomas tu par de poemas

los metes en un bolsillo

y abres la puerta para no regresar jamás.

Y de repente estás solo,

inmensamente solo,

en una calle en la que nunca has estado.

Entonces temblando

como una hoja en otoño

te descuelgas de la pesadilla

y dejas que la vida,

al fin, llueva sobre ti.

*Poema del otro

También soy

lo que los otros no ven de mí,

lo que no actúo.

A veces lo que ni yo mismo sé de mí.

Soy el que se queda conmigo

cuando nadie me mira,

no ese que quisieran que fuera.

Pero yo soy

el que queda al final del día

exhausto de ser el que no soy.

El desesperado, el angustiado,

el solitario, el asustado,

el condenado a ser el que no soy.

Pero cada vez 
que me quedo solo,

en silencio, 
entonces vuelvo a mí

y sé que sí,

que soy yo,

el otro que en mí tiene miedo

y te ama.

Llueve el amor sobre los dos

Llueve, 

llueve sobre la ciudad

y acá en este refugio secreto

tú y yo dejamos que el amor

también llueva sobre nosotros

sobre los cuerpos,

sobre los sueños.

Rueda por la piel a raudales,

forma ríos enamorados

que nos recorren 

y se hace un mar entre los dos.

Nuestras miradas vuelan,

se pierden en la piel,

crecen por el cuerpo,

nos cubren del todo.

El fuego de la pasión

arde en el mar del deseo,

florece  en la piel, 

se vuelve mil caricias.

Nos refugiamos una y otra vez

en los brazos del otro

mientras llueve incesante 

el amor sobre nosotros.

*Tus ojos

Para Patricia

Tus ojos
que lo dicen todo y que no callan,
por los cuales yo muero,
por los que yo vivo.
Tus ojos
a los cuales deseo volar
y regresar contigo entre mis brazos,
por los que ya no soy yo,
si no me miran.
Tus ojos que me conquistan cada mañana
cuando por un instante me sonríen,
y luego se van llevándome en ellos.
Tus ojos
como dos mundos
donde mis sueños habitan,
donde quisiera pasar el resto de la vida.

Morirme de ti

Yo quisiera morirme de ti.
Cerrar mi vida a ti.
Llevarte en silencio al olvido.
Resucitar en medio de mí.
Salir a rehacer mi vida,
a tejer sueños,
a que mis sueños se vean en otros ojos,
volver a sentir a qué sabe la ternura,
bailar con una enamorada,
ser querido sin razón alguna,
salvo el amor.
Yo quisiera morirme de ti.
Y si eso no se puede,
morirme de veras.

Eres como la lluvia

Eres el beso 
que le dice adiós a mis tristezas.
Eres la caricia
que me descubre
y me hace fuego en sus llamas.
Eres el cuerpo apasionado
que florece de deseos y me rodea.
Eres como la lluvia
cayendo enamorada sobre mí.
Y cada noche
resucito 
en el bosque de tus sueños
con la esperanza 
de jamás despertar de ti.

Eres inolvidable

En un día que olía

a pasto empapado de lluvia
me escondiste en tu olvido,
no regresaste del silencio,

me dejaste con la nada en los bolsillos.

Pero volví a nacer

tras morirme tantas veces.

Ahora que he dejado
que mil lluvias cayeran sobre mí,
después de haber bailado muchos veranos,
que desperté algunas mañanas

en los sueños de ellas 
y que más de un amor 

me recuerda que
a pesar de la vida de ellas,
de sus mundos y de sus besos,
he vivido en soledad.
Mujeres no me faltaron, es verdad,
más tú siempre.