Llueve,
llueve
sobre la ciudad
y
acá en este refugio secreto
tú
y yo dejamos que el amor
también
llueva sobre nosotros
sobre
los cuerpos,
sobre
los sueños.
Rueda
por la piel a raudales,
forma
ríos enamorados
que
nos recorren
y
se hace un mar entre los dos.
Nuestras
miradas vuelan,
se
pierden en la piel,
crecen
por el cuerpo,
nos
cubren del todo.
El
fuego de la pasión
arde
en el mar del deseo,
florece
en la piel,
se
vuelve mil caricias.
Nos
refugiamos una y otra vez
en
los brazos del otro
mientras
llueve incesante
el
amor sobre nosotros.
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