Somos esa ráfaga de deseo
que arrasa con los dos.
que arrasa con los dos.
Somos fuego desbordado.
Hacemos el amor
Hacemos el amor
y nos convertimos en un huracán
que mece la casa y los sueños,
la vida entera.
El deseo corre por nuestras cuerpos
mientras el placer clama al cielo
porque no cese nunca esta lluvia eterna
que se precipita como estrellas
dentro de nosotros enamorándonos.
El deseo corre por nuestras cuerpos
mientras el placer clama al cielo
porque no cese nunca esta lluvia eterna
que se precipita como estrellas
dentro de nosotros enamorándonos.
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