Te
llevo en mí
como
si fueras mil velas encendidas
que
queman mi tristeza.
Recuerdo
mis ojos
nadando
en tu mirada.
Aún
sueño con el primer beso,
con cada abrazo
mientras
tu cuerpo
se
volvía mi cuerpo.
Tu
deseo era mi deseo.
Estaba
embriagado de ti,
de
los días que pasé contigo,
de
tus amadas manos
que
bordaban en mi piel
caricias
que nunca olvidaré.
Estaba
al borde
de
dejar de ser yo
para
ser sólo fuego en tu fuego,
lluvia
en tu mar.
Con
besos
contaba
cada una de tus pecas
mientras
me perdía
en
el cielo de tu cuerpo.
Dejaste el fuego
de tu amor
para
siempre
en mi geografía.
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