Y
cuando tu vida
algún día siga sin mí,
sin
mis sueños,
y
sientas el primer rayo de sol
de
una nueva primavera,
o corras al mar en el verano,
o alguna
tarde dorada de otoño
veas caer
las hojas tristes, las hojas
solas,
y la lluvia te empape
como
si fueran lágrimas de las nubes,
entonces, quizás,
pensarás
de nuevo en mí
y sentirás que mi presencia
te envuelve
suavemente
y que nuestro amor de repente te hace falta.
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